El impuesto al carbono es un cargo obligatorio que se le añade a los combustibles fósiles por su contenido de carbono. Su principal objetivo es promover la disminución del uso de estos combustibles en la población debido al incremento en el precio, con el fin de mitigar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

El cálculo de este impuesto se basa en las cotizaciones del precio promedio de una tonelada de CO2 en los mercados de bonos de carbono de Europa y Norte América. Además, se utilizan datos como el factor de emisión que le corresponde a cada tipo de combustible fósil. Con esto, se estima que del total del precio de los combustibles fósiles, alrededor del 1% y 2% le corresponden a este tipo de impuestos.
La implementación de precios al carbono ha surgido como una herramienta esencial para que los gobiernos a nivel mundial cumplan con los compromisos establecidos en el marco del Acuerdo de París, permitiéndoles reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de manera eficaz. Debido a esto, el Acuerdo de París reconoce de manera explícita el papel fundamental desempeñado por las iniciativas de fijación de precios al carbono (ONU, 2015). Además, dado que el Acuerdo de París fomenta la cooperación entre los países, se insta a las jurisdicciones a continuar estableciendo precios al carbono para allanar el camino hacia mecanismos que faciliten la participación futura en acciones regionales y globales, incluida la comercialización de unidades de mitigación, con el fin de alcanzar sus metas climáticas.
En México, el impuesto al carbono se comenzó a implementar en el 2014 y estas cuotas tienen vigencia anual y se actualizan con la inflación y con los datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). Es importante destacar que en la región de América Latina y el Caribe, México es el único país que ha implementado tres formas diferentes de establecer precios para el carbono simultáneamente: un sistema de comercio de emisiones (SCE), un impuesto federal sobre el carbono y una serie de impuestos subnacionales sobre el carbono.
Dentro del proceso para diseñar el impuesto al carbono se encuentran los siguientes elementos:
- Establecer el punto de regulación
- Definir la base gravable
- Determinar la tasa impositiva
- Considerar mecanismos de flexibilidad
- Determinar el uso de ingresos
Tanto a nivel nacional en México como en el resto del mundo, se está observando un creciente impulso político para adoptar políticas de fijación de precios al carbono como herramientas para mitigar el cambio climático. Aunque la implementación de políticas ambiciosas de impuestos al carbono a nivel nacional es óptima para cumplir con los objetivos y compromisos establecidos en el Acuerdo de París a nivel global, también existe una considerable oportunidad para que los gobiernos subnacionales desempeñen un papel importante en la implementación de este tipo de iniciativas.
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Fuentes
https://www.mexico2.com.mx/uploadsmexico/file/Impuestos%20al%20carbono%20en%20México%20-%20desarrollo%20y%20tendencias.pdf
https://apps1.semarnat.gob.mx:8443/dgeia/informe15/tema/recuadros/recuadro5_7.html