El Protocolo de Kyoto fue adoptado el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero entró en vigor hasta 2005. Se trata de un acuerdo internacional auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Derivado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, compromete a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero según metas acordadas.
Su objetivo principal es combatir el calentamiento global por medio de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea y 37 países industrializados, menos China e India.
El primer periodo del Protocolo de Kyoto tuvo vigencia de 2008 a 2012, en este tiempo, los países que se unieron se comprometieron a reducir al menos un 5% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto al año 1990.
En el segundo periodo, que comenzó en 2013 y finalizó en 2020, los países asumieron la responsabilidad y compromiso de reducir al menos un 18% de las emisiones de GEI, de nuevo, teniendo el año 1990 como referencia.
Países considerados como Estados Unidos, Rusia y Canadá, considerados como grandes contaminadores, decidieron no firmar esta prórroga.
El protocolo estableció algunos procedimientos para que los países que lo firmaron tuvieran la oportunidad de cumplir sus objetivos a nivel nacional y aplicando mecanismos de mercado:
Comercio internacional de emisiones
Las emisiones autorizadas se distribuyen en unidades de cantidad asignada. Esto significa que los países que emiten menos gases de efecto invernadero de lo permitido pueden tener unidades excedentes que no han utilizado. Estas unidades excedentes pueden ser vendidas a otros países que superen sus objetivos de emisiones, permitiendo así una especie de intercambio o comercio de emisiones.
Mecanismo de Desarrollo Limpio
Mediante este sistema, un país puede llevar a cabo proyectos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en países en desarrollo. Con la implementación de estos proyectos, el país generará créditos de reducción de emisiones que pueden ser vendidos en el mercado internacional. Este sistema busca promover la cooperación entre países desarrollados y en desarrollo.
Implementación conjunta
En esta colaboración, un país invierte en proyectos de reducción de emisiones en otro país y recibe beneficios en forma de tecnología e inversión extranjera, mientras que el país anfitrión recibe asistencia para reducir sus emisiones. Esto ayuda a ambos países a cumplir con sus objetivos de reducción.
El Protocolo de Kyoto ha tenido logros significativos como:
Que las empresas de todos los países firmantes tengan en cuenta las repercusiones que pudieran tener en el medio ambiente y lo tengan en cuenta al momento de tomar decisiones sobre inversiones.
Los gobiernos suscribientes han generado y puesto en marcha leyes y políticas para lograr cumplir sus objetivos ambientales.
Un logro destacado del Protocolo de Kioto ha sido la promoción del mercado del carbono, un mecanismo que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a un menor costo.
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