México se distingue como un país megadiverso de notable relevancia global. Alberga el 70% de la diversidad mundial de especies, a pesar de ocupar únicamente el 1% de la superficie terrestre. Sin embargo, esta riqueza ha enfrentado múltiples amenazas en años recientes derivadas de diversos factores, incluyendo la falta de colaboración entre gobiernos y comunidades.

Actualmente, se estima que alrededor del 50% de los ecosistemas naturales han desaparecido, condenando alrededor de 2,486 especies de flora y fauna silvestre a alguna clasificación de riesgo y llevado a la extinción en estado silvestre de 46 especies.
¿Qué organismo protege la biodiversidad mexicana?
En México, la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO) el organismo principal encargado de la conservación de la biodiversidad. Integrada por diez secretarías, su misión principal promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica.
El convenio sobre la diversidad biológica (CDB) con soporte global, crea oportunidades para reexaminar nuestra relación con la naturaleza a través de una acción cooperativa e intersectorial. Esto se logra mediante la participación en tres ejes: conservación de la biodiversidad, aprovechamiento sustentable de los recursos y el reparto de los beneficios que resulten del aprovechamiento de recursos genéticos.
Con el propósito de cumplir con el CDB, se implementó la Estrategia Nacional sobre Biodiversidad de México, que se articula en torno a cuatro líneas: protección y conservación, valoración de la biodiversidad, conocimiento y manejo de la información y diversificación del uso.
¿Qué se hace actualmente para preservar la biodiversidad en México?
Actualmente, los esfuerzos gubernamentales se concentran en los objetivos y metas globales del Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal del 2030. Asimismo, el impulso de las Áreas Nacionales Protegidas (ANP) contribuye a la mitigación del cambio climático, al fomento de la pesca artesanal, al uso sustentable de la biodiversidad marina y costera, y al establecimiento de áreas destinadas voluntariamente a la conservación.
En los últimos años, se ha logrado la creación de nuevas reservas de la biósfera, como la del Caribe Mexicano y otras zonas de salvaguarda. No obstante, aún son necesarias numerosas acciones adicionales que refrendan el compromiso con la conservación del medio ambiente.
Algunas redes de apoyo internacionales como la Declaración de Cancún en 2002, han inspirado la implementación de estrategias en México, basadas en las acciones de otros países latinoamericanos. Por ejemplo, el Pago por Servicios Ambientales (PSA) inspirado en Costa Rica, creado como un incentivo económico para que los ejidatarios de los bosques inviertan en su conservación y el buen manejo del territorio.
¿Qué hace falta?
El gobierno tiene una responsabilidad significativa en la garantía de protección de especies y sus ecosistemas, por lo que es fundamental verificar el cumplimiento de la legislación ambiental, combatir el tráfico ilegal de vida silvestre y fomentar la participación social en la vigilancia ambiental. Además, invertir en proyectos de remediación también es crucial para la recuperación de ecosistemas. Por ejemplo, apostar por la agrosilvicultura, el agropastoreo y técnicas agrícolas como lo incluye Colombia en su plan ambiental más reciente.
La colaboración entre gobiernos, comunidades y organizaciones internacionales puede lograr resultados significativos en la conservación de la biodiversidad.
Redactado por: Sarah Castañeda G.